Así lo manifestó hoy el Papa a un grupo de profesores de esquí a quienes recibió en el Vaticano y dijo que los progresos científicos y tecnológicos permiten al hombre manipular la naturaleza, pero que el riesgo es intentar sustituir a Dios y reducir la naturaleza a un producto de "usar y tirar".
El Pontífice señaló que el deporte estimula la constancia para lograr los objetivos, el respeto de las reglas y la tenacidad para afrontar y superar las dificultades.
El Obispo de Roma añadió que el deporte practicado con pasión y sentido ético, además de ejercitar una sana competencia se convierte en una escuela para profundizar y aprender valores humanos y cristianos.
El Papa Ratzinger agregó que mediante la actividad deportiva, "la persona comprende mejor que su cuerpo no puede ser considerado un objeto, sino que a través de él se expresa a sí misma y se relaciona con los otros".