Reynosa.- A pesar de ser una de las ciudades con mayor población proveniente de Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Coahuila, Nuevo León y del Distrito Federal, esta frontera vive un choque cultural al festejar festividades de Estados Unidos.
Los habitantes nacidos en esta ciudad celebran el Halloween o Noche de Brujas, tradicional en el país vecino del norte, en tanto que las autoridades locales hacen un esfuerzo para que no olviden el 2 de noviembre, Día de Muertos en México.
Desde hace varios años, durante el mes de octubre, un alto porcentaje de las casas-habitación, empresas, negocios y establecimientos comerciales de esta frontera decoran sus fachadas e interiores con artículos alusivos a brujas, telarañas, monstruos, entre otros artículos afines.
Los niños se disfrazan de diablos, brujas, personajes "terroríficos" de series de televisión o de cine y salen con una canasta o calabaza a gritar por las calles, centros comerciales y negocios con el fin de conseguir el anhelado "Hallowen" que se traduce generalmente en dulces.
Este festejo es aprovechado por comerciantes de ambos lados de la frontera para incrementar la promoción de sus productos y artículos a través de diversas ofertas y anuncios publicitarios en donde el tema principal es el "terror" y el "miedo".
A su vez, para contrarrestar esta festividad tan arraigada en esta frontera, las autoridades del sector educativo están reforzando las costumbres y tradiciones mexicanas, impulsando la colocación de altares de muertos y fomentar esta cultura entre los escolapios sin importar su origen.
El jefe de la Oficina Regional de Educación en esta frontera, Julio González Ruiz, explicó que desde hace varios años están solicitando a las escuelas que no fomenten las tradiciones de Estados Unidos y que por el contrario les enseñen a los niños lo que es un altar de muertos, como se prepara y cuál es el objetivo.
"Queremos que a través de los maestros los niños sepan que es un altar de muertos incluso que se organizan para llevar algunas cosas como flores, pan, comida, papel picado y la foto de algún personaje de la escuela o de la vida pública que haya fallecido para que sea más cercano a la realidad", dijo.
Reconoció que no todos los planteles educativos llevan a cabo esta tradición ya que los maestros no están acostumbrados, y menos lo hacen los colegios particulares en donde albergan niños de otras entidades incluso de otras nacionalidades.
El funcionario del sector educación se pronunció a favor de fomentar y arraigar las tradiciones mexicanas y no imitar a otros países en sus costumbres y tradiciones.