LEYSIMELOCUENTA
EL GUARDIA
Por Ley Simé
Aún no se sabe con exactitud cuáles fueron las razones o motivos que indujeron al "Guardia" a tomar su arma de reglamento, y un domingo cualquiera a principios de los setentas, salir a las calles de nuestro querido Mao, y dejar un balance de tres muertos y dos heridos. Son muchas las conjeturas que se han hecho en torno a cuáles fueron los motivos que tuvo ese "Guardia", que en un estado de delirio mental o "pasional" empuñara su arma y desahogara su patológica emoción por las calles de Mao.
ESE DOMINGO. Sería algo pasado las 9:00 PM, el "Guardia entra a la fortaleza y toma su arma. Sale de la fortaleza y penetra al Barrio más cercano, "Las 40”. Una vez allí se le cruza en el camino un señor llamado Juan y de inmediato le dispara y lo mata dejándolo tendido en la calle, para cobrar su primera víctima. Pareciera que este "Guardia" armado con su fusil y en estado de delirio mental, tuviera un objetivo concreto: La esquina formada por la calle Juan Minaya con 27 de Febrero. Una vez dejado muerto a Juan por las calles de "Las Cuarentas" cruzó el Barrio "Las 300" hasta llegar a la calle Gastón F. Deligne. Cuando llegó a la Numa Pompilio Ramírez, dobló a la derecha y a unos veinticinco o treinta metros estaba la entrada del Bar de Bourdier con muchos parroquianos dentro, que ese domingo se divertían compartiendo tragos y bailando. De repente entra "El Guardia" y ordena parar la música y encender las luces. Examinó a todos los que allí estaban con una mirada que parecía liberar fuego de sus ojos. "La Chiva", conocido entonces porque era chofer del camión de Negro Cruz, observó las intensiones del "Guardia" e intentó salir huyendo de ese peligroso escenario, por la parte donde estaba el otro portón que salía a la calle Máximo Cabral y el "Guardia" le disparó y la bala le rozó el tobillo de su pie derecho, cuando estaba a punto de salir ileso de ese sitio. Pudo seguir huyendo y salvar milagrosamente su vida.
"EL GUARDIA" cada vez que hacía un disparo, se movía rápidamente del lugar, como para que nadie ubicara su presencia. Salió por el portal de la Máximo Cabral dobló a la derecha y luego a la izquierda por la calle Juan Minaya, cruzó la Duarte, con destino a su objetivo. La calle 27 de Febrero con Juan Minaya.
"Alejito" estaba sentado en la galería de su casa, conversando con un amigo, cuando hace acto de presencia el "Guardia". "Alejito" no tuvo ni siquiera tiempo de reaccionar cuando el "Guardia" le disparó y lo mató. El amigo sorprendido por lo visto, tuvo la intención de salir huyendo por la puerta del patio, que aún estaba abierta, casi llegando a ésta el "guardia" hala el gastillo y su cuerpo quedó tendido ya sin vida en el patio, cuando este casi lograba salir. Esto sucede en pocos minutos, cuando la hija de "Alejito" oye los disparos en el frente de su casa y abre las persianas. El sonido onomatopéyico de la salomónica al abrirse, pone en alerta al "guardia" que dispara al unísono, yendo la bala a hacer astillas a un peldaño y alojarse en la mandíbula de esta joven muchacha.
ELGUARDIA, creyendo ya que había cumplido su objetivo, emprende la fuga por el Barrio "Cerro de Marino" o quizás por "Los Cayucos". Cruzó el Canal Mayor y prosiguió su camino hacia rumbo desconocido hasta entonces. Una patrulla militar lo estaba persiguiendo y no fue hasta una semana después que se supo de su captura.
Mientras estos sucesos acontecían, nosotros nos encontrábamos en el Samoa Bar donde los "Cachilas" o los "Chilacas", como les decíamos, amenizaban su tradicional fiesta dominical. El Samoa estaba lleno de parroquianos, cuando de repente llega la noticia de que un "Guardia" andaba por ahí disparándole a todo el que se cruzara en su camino. Quinine ordena parar la música y encender las luces del salón. Se les explicó a todos los bailadores lo que estaba sucediendo. Por lo que en poco tiempo estos frustrados clientes dejaban el Samoa con la recomendación de que se fueran directos a sus casas. El Samoa quedó prácticamente vacío, salvo algunos desaprensivos y valientes bebedores que prefieren morir antes de abandonar su alianza con el ron.
Mientras ya todos estaban bien informados de hasta la ruta que había tomado el "Guardia", Quinine se envalentona y con pistola en manos sale a la calzada del frente del Samoa, con todos los camareros, y dice: “Si coge para acá, lo amarramos”. Un señor que estaba cerca de él, le dice: Si tú oyes un tiro, se te derrite el trasero o te matas huyendo. A lo que Quinine responde: Sí, yo correré, pero es a buscar posición de ataque. Esa noche lo dejaron en la puerta de su casa todos los sirvientes del Samoa, que lo custodiaron hasta que éste cerró.
Por Ley Simé
Aún no se sabe con exactitud cuáles fueron las razones o motivos que indujeron al "Guardia" a tomar su arma de reglamento, y un domingo cualquiera a principios de los setentas, salir a las calles de nuestro querido Mao, y dejar un balance de tres muertos y dos heridos. Son muchas las conjeturas que se han hecho en torno a cuáles fueron los motivos que tuvo ese "Guardia", que en un estado de delirio mental o "pasional" empuñara su arma y desahogara su patológica emoción por las calles de Mao.
ESE DOMINGO. Sería algo pasado las 9:00 PM, el "Guardia entra a la fortaleza y toma su arma. Sale de la fortaleza y penetra al Barrio más cercano, "Las 40”. Una vez allí se le cruza en el camino un señor llamado Juan y de inmediato le dispara y lo mata dejándolo tendido en la calle, para cobrar su primera víctima. Pareciera que este "Guardia" armado con su fusil y en estado de delirio mental, tuviera un objetivo concreto: La esquina formada por la calle Juan Minaya con 27 de Febrero. Una vez dejado muerto a Juan por las calles de "Las Cuarentas" cruzó el Barrio "Las 300" hasta llegar a la calle Gastón F. Deligne. Cuando llegó a la Numa Pompilio Ramírez, dobló a la derecha y a unos veinticinco o treinta metros estaba la entrada del Bar de Bourdier con muchos parroquianos dentro, que ese domingo se divertían compartiendo tragos y bailando. De repente entra "El Guardia" y ordena parar la música y encender las luces. Examinó a todos los que allí estaban con una mirada que parecía liberar fuego de sus ojos. "La Chiva", conocido entonces porque era chofer del camión de Negro Cruz, observó las intensiones del "Guardia" e intentó salir huyendo de ese peligroso escenario, por la parte donde estaba el otro portón que salía a la calle Máximo Cabral y el "Guardia" le disparó y la bala le rozó el tobillo de su pie derecho, cuando estaba a punto de salir ileso de ese sitio. Pudo seguir huyendo y salvar milagrosamente su vida.
"EL GUARDIA" cada vez que hacía un disparo, se movía rápidamente del lugar, como para que nadie ubicara su presencia. Salió por el portal de la Máximo Cabral dobló a la derecha y luego a la izquierda por la calle Juan Minaya, cruzó la Duarte, con destino a su objetivo. La calle 27 de Febrero con Juan Minaya.
"Alejito" estaba sentado en la galería de su casa, conversando con un amigo, cuando hace acto de presencia el "Guardia". "Alejito" no tuvo ni siquiera tiempo de reaccionar cuando el "Guardia" le disparó y lo mató. El amigo sorprendido por lo visto, tuvo la intención de salir huyendo por la puerta del patio, que aún estaba abierta, casi llegando a ésta el "guardia" hala el gastillo y su cuerpo quedó tendido ya sin vida en el patio, cuando este casi lograba salir. Esto sucede en pocos minutos, cuando la hija de "Alejito" oye los disparos en el frente de su casa y abre las persianas. El sonido onomatopéyico de la salomónica al abrirse, pone en alerta al "guardia" que dispara al unísono, yendo la bala a hacer astillas a un peldaño y alojarse en la mandíbula de esta joven muchacha.
ELGUARDIA, creyendo ya que había cumplido su objetivo, emprende la fuga por el Barrio "Cerro de Marino" o quizás por "Los Cayucos". Cruzó el Canal Mayor y prosiguió su camino hacia rumbo desconocido hasta entonces. Una patrulla militar lo estaba persiguiendo y no fue hasta una semana después que se supo de su captura.
Mientras estos sucesos acontecían, nosotros nos encontrábamos en el Samoa Bar donde los "Cachilas" o los "Chilacas", como les decíamos, amenizaban su tradicional fiesta dominical. El Samoa estaba lleno de parroquianos, cuando de repente llega la noticia de que un "Guardia" andaba por ahí disparándole a todo el que se cruzara en su camino. Quinine ordena parar la música y encender las luces del salón. Se les explicó a todos los bailadores lo que estaba sucediendo. Por lo que en poco tiempo estos frustrados clientes dejaban el Samoa con la recomendación de que se fueran directos a sus casas. El Samoa quedó prácticamente vacío, salvo algunos desaprensivos y valientes bebedores que prefieren morir antes de abandonar su alianza con el ron.
Mientras ya todos estaban bien informados de hasta la ruta que había tomado el "Guardia", Quinine se envalentona y con pistola en manos sale a la calzada del frente del Samoa, con todos los camareros, y dice: “Si coge para acá, lo amarramos”. Un señor que estaba cerca de él, le dice: Si tú oyes un tiro, se te derrite el trasero o te matas huyendo. A lo que Quinine responde: Sí, yo correré, pero es a buscar posición de ataque. Esa noche lo dejaron en la puerta de su casa todos los sirvientes del Samoa, que lo custodiaron hasta que éste cerró.
Un aporte de Mao en mi corazon.