Hoy está de cumpleaños nuestra talentosa Handry Santana.
Handry,desde Puntualizando te saluda con respeto y cariño, y te deseamos lo suficiente de todo lo que desees en este tan significativo día, tanto para ti por haber nacido como para nosotros, los beneficiarios de tu amistad y tu talento. ¡Felicidades, buena amiga!
Que cumplas muchísimos mas en salud y llena de prosperidad en todos los órdenes.
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sábado 19 de febrero de 2011
viernes 18 de febrero de 2011
EL GANADOR Y EL PERDEDOR
RELACIONES HUMANAS
Por Diómedes Rodríguez
El ganador siempre es parte de la solución.
El perdedor siempre es parte del problema.
El ganador siempre tiene un proyecto.
El perdedor siempre tiene una excusa.
El ganador siempre dice: “Puedo encargarme de ésto”
El perdedor dice siempre: “Esto no me toca a mi”
El ganador siempre ve un reto en cada problema.
El perdedor siempre ve un problema en cada oportunidad.
El ganador dice: “Puede ser difícil, pero es posible”
El perdedor dice: “Pueder ser posible, pero es difícil.
El ganador es un servidor del gran perdedor.
El perdedor cree que el gran ganador perdió. Siga leyendo...
SUGERENCIAS PARA AYUDAR A NIÑOS QUE HAN SIDO AQUEJADOS POR MUERTES DE AMIGOS O FAMILIARES
DE INTERÉS GENERAL
• Quite la palabra muerte de la lista tabú. Permita que se convierta en un concepto que pueda discutirse abiertamente en la familia, la iglesia o la sinagoga.
• Entienda que el duelo y la tristeza son apropiados para personas de todas las edades. Los niños son personas. La aflicción camina con ellos. El entumecimiento, el enojo, la negación, el pánico y la enfermedad física son variaciones del tema del dolor. Estos son pasos normales, lentos y tortuosos de tristeza y pérdida.
• Permita que los niños liberen sus emociones. Permita que llamen sus emociones por sus nombres correctos: enojo, tristeza, dolor. No es la expresión de las emociones lo que es peligroso; es su represión lo que hace daño.
• Busque ayuda si es incapaz de poder calmar a su hijo o hija durante una crisis. Busque ayuda de un clérigo, una clínica de orientación infantil, o terapista. Pedir ayuda no es una admisión de debilidad, por el contrario es una afirmación de amor y apoyo.
• No utilice historias o cuentos de hadas para explicar el misterio de la muerte. No cubra los hechos con interpretaciones ficticias o confusas que algún día vaya a tener que negar. No diga: “fulano se ha ido en un viaje largo” o “Dios se lo llevó porque necesitaba buenas personas”. Esas declaraciones confunden a los niños. Estos necesitan oír la verdad.
• Deje a los niños saber que usted no tiene todas las respuestas. Deje lugar para las dudas, las preguntas y las diferencias de opiniones. Está bien decir: “yo no lo sé todo acerca de la muerte. Por eso es que necesitamos hablar en conjunto”.
• Exprese sus propias emociones o dolor. Si usted reprime sus sentimientos, entonces su hijo o hija pueden esconder sus emociones. Ellos necesitan su permiso para expresar sus sentimientos y para llorar.
• Continúe dando amor y seguridad a sus hijos. El mayor regalo que un padre o madre puede dar a su hijo o hija es él o ella misma. O sea, su persona, su tiempo, su atención y su comprensión. Su demostración de cuidado, esmero, atención y su preocupación por los próximos meses serán de valor inestimable en la ruta hacia la recuperación. Esté dispuesto a escuchar por minutos, horas y días.
De Talking About Death: A Dialogue Between Parent and child (Hablando de la muerte: un diálogo entre padres e hijos), por Earl A. Grollman. Traducido por Isaías Ferreira Medina (metransol@yahoo.com) Siga leyendo...
• Quite la palabra muerte de la lista tabú. Permita que se convierta en un concepto que pueda discutirse abiertamente en la familia, la iglesia o la sinagoga.
• Entienda que el duelo y la tristeza son apropiados para personas de todas las edades. Los niños son personas. La aflicción camina con ellos. El entumecimiento, el enojo, la negación, el pánico y la enfermedad física son variaciones del tema del dolor. Estos son pasos normales, lentos y tortuosos de tristeza y pérdida.
• Permita que los niños liberen sus emociones. Permita que llamen sus emociones por sus nombres correctos: enojo, tristeza, dolor. No es la expresión de las emociones lo que es peligroso; es su represión lo que hace daño.
• Busque ayuda si es incapaz de poder calmar a su hijo o hija durante una crisis. Busque ayuda de un clérigo, una clínica de orientación infantil, o terapista. Pedir ayuda no es una admisión de debilidad, por el contrario es una afirmación de amor y apoyo.
• No utilice historias o cuentos de hadas para explicar el misterio de la muerte. No cubra los hechos con interpretaciones ficticias o confusas que algún día vaya a tener que negar. No diga: “fulano se ha ido en un viaje largo” o “Dios se lo llevó porque necesitaba buenas personas”. Esas declaraciones confunden a los niños. Estos necesitan oír la verdad.
• Deje a los niños saber que usted no tiene todas las respuestas. Deje lugar para las dudas, las preguntas y las diferencias de opiniones. Está bien decir: “yo no lo sé todo acerca de la muerte. Por eso es que necesitamos hablar en conjunto”.
• Exprese sus propias emociones o dolor. Si usted reprime sus sentimientos, entonces su hijo o hija pueden esconder sus emociones. Ellos necesitan su permiso para expresar sus sentimientos y para llorar.
• Continúe dando amor y seguridad a sus hijos. El mayor regalo que un padre o madre puede dar a su hijo o hija es él o ella misma. O sea, su persona, su tiempo, su atención y su comprensión. Su demostración de cuidado, esmero, atención y su preocupación por los próximos meses serán de valor inestimable en la ruta hacia la recuperación. Esté dispuesto a escuchar por minutos, horas y días.
De Talking About Death: A Dialogue Between Parent and child (Hablando de la muerte: un diálogo entre padres e hijos), por Earl A. Grollman. Traducido por Isaías Ferreira Medina (metransol@yahoo.com) Siga leyendo...
jueves 17 de febrero de 2011
LA EVOLUCIÓN SOCIAL DEL ARENQUE, EL BACALAO Y LA CACHIRULA… O, CÓMO LOS PRECIOS LE CAMBIAN EL GUSTO AL CONSUMIDOR
Por Manito Santana
Parado en una bodega o colmado, para no perder la costumbre de llamarlo dominicanamente, vi a una señora dominicana con un arenque en sus manos, delatado esto por el olor característico del peje y me remonté a mi País, a aquellos años donde el comerlo era casi un sacrilegio, adjunto a su mutual, compañero de por vida, el bacalao, y más si era acompañado de las cachirulas.
Estos tres productos eran símbolos de ofensa al paladar.
Sería bueno ilustrar a parte de la vieja y nueva generación: al arenque se le llamaba policía y cachirula (o cachita) al guineo verde sancochado.
El arenque y el bacalao eran baratísimos y eran consumidos, no por el gusto al paladar, sino por su bajo precio.
Su consumo estaba entre la clase baja y media baja, salpicaba muchas veces la media y, por antojo, a la alta.
Vamos a ver lo que se presentaba dentro de las clases sociales:
El pobre compraba su arenque sin prejuicios sociales, pues no había para más y no tenía en qué “privar”.
El problema se presentaba con la clase media que no quería que su vecino se enterara que iba a comer arenque porque eso era señal de que no estaban muy en buena (en olla, dicen hoy), y lo mandaba a comprar disimuladamente y en horas de pocos clientes en la pulpería, diciéndole al muchacho: "dile al pulpero que te lo envuelva bien, y trata de que al regreso mi comadre la vecina no te lo vea”, creyendo que el “bajo” no lo iba a delatar.
En cuanto al bacalao, su consumo mayor era usualmente para Las Cuaresmas, ya que por tradición el consumo de carne era menor.
Aparecen las cachitas, sustitutas del plátano, no por escasez, sino por flojedad en el bolsillo. Eran muchas las quejas de los menores y también de los mayores en el hogar cuando le presentaban esa banana sin madurar con un sabor distante al acostumbrado plátano y el de clase media al llegar visita y ver que la estaba consumiendo, se adelantaba y decía: "son muy buenas para el estreñimiento; el médico me las recomendó".
Pero, cosas de la vida, al cabo del tiempo, los precios fueron variando al producirse la escasez de los productos y el arenque toma un precio no asequible a la clase baja, y con dificultad para la media, y comienza el consumo de arenque en la clase alta.
Se voltean los papeles, al arenque le quitan el mote de Policía (de recluta pasa a capitán por lo menos) y sustituyen el nombre de cachirula por guineíto, para suavizarlo más.
Ya el de clase media cuando compraba un arenque le decía al muchacho: "dile al pulpero que no te lo envuelva, que te lo dé con el cordoncito que lo guindan y ven por la calle de la comadre".
Los precios hicieron variar los olores para el consumidor que antes le molestaban.
A mí había que amarrarme para yo comer eso con ese bajo. Hoy, ¿tú sabes lo bueno que es una "arencada con guineo, manteca y huevo revoltiao?" ¡Aayy papá! Siga leyendo...
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HANDRY SANTANA!
Hoy está de cumpleaños nuestra talentosa colaboradora Handry Santana.
Handry, la familia de MEEC (que es grandísima) te saluda con respeto y cariño, y te desea lo suficiente de todo lo que desees en este tan significativo día, tanto para ti por haber nacido como para nosotros, los beneficiarios de tu amistad y tu talento. ¡Felicidades, buena amiga!
Que cumplas muchísimos mas en salud y llena de prosperidad en todos los órdenes. Siga leyendo...
miércoles 16 de febrero de 2011
ASOMAU: QUIZÁS LA MAS EXITOSA Y BENEFACTORA DE TODAS LAS ENTIDADES MAEÑAS
De izquierda a derecha: Dr. Julio César Cruz, Alberto Reyes, Dinorah Arbaje, Sonia Colón, Ing. Fernando Ferreira, Altagracita González, Ileana Reyes, Evelio Martínez, Dr. Diógenes Castellanos, Lic. Arismendys Bonilla, Dr. Fellito Molina (QEPD), Josefina de Castellanos, y Tomás Colón (Macín)
Directiva de la Asociación de Maeños Ausente (ASOMAU, Inc.) para el año lectivo 2003-2004. Siga leyendo...
LAS 10 RAZONES PRINCIPALES POR LAS QUE UNA PEQUEÑA EMPRESA FRACASA
RINCÓN DE NEGOCIOS
Por JAY GOLTZ
The New York Times
Uno de los aspectos menos comprendidos de la iniciativa empresarial es el de las razones por las cuales las pequeñas empresas fracasan, y hay una simple razón para la confusión: la mayoría de la evidencia proviene de los propios empresarios fracasados.
He tenido una vista cercana de numerosas quiebras de empresas - incluyendo algunas empresas de mi propia creación. Y desde mi punto de vista, las razones del fracaso citadas por los propietarios con frecuencia están fuera de línea, lo que de cierta manera hace sentido si pensamos detenidamente en ello. Si los propietarios realmente hubieran sabido lo que estaban haciendo mal, a lo mejor hubieran tenido la capacidad de solucionar el problema. A menudo, es simplemente una cuestión de negación o de no saber lo que no se sabe.
En muchos casos, los clientes - o, mejor dicho, ex-clientes - tienen una mejor comprensión que los dueños acerca de lo que no estaba funcionando. Los sospechosos de siempre que los fracasados propietarios tienden a culpar son el banco, el gobierno, o el socio idiota. Es raro que el dedo índice del empresario apunte al “propietario”. Por supuesto, hay casos en que algo fuera del control de los propietarios haya ido terriblemente mal, pero he encontrado que esos casos son mínimos. Lo que sigue - basado en mis propias experiencias y observaciones - son mis 10 razones por qué las pequeñas empresas fracasan. La lista no es atractiva, no es simple, y no contiene ninguno de los sospechosos de siempre (aunque puede ser que estos caigan en las categorías 11, 12 y 13).
1. Los números simplemente no cuadran. No hay suficiente demanda para el producto o servicio a un precio que genere beneficios para la naciente empresa. Es como si por ejemplo, un negocio nuevo compitiera con Best Buy y su economía de escalas.
2. Propietarios que son víctimas de su manera de ser. Estos pueden ser obstinados, adversos al riesgo y a los conflictos - lo que significa que necesitan ser agradables a todos (incluso a los empleados y proveedores que no pueden hacer su trabajo). Pueden ser perfeccionistas, codiciosos, santurrones, paranoicos, indignados, o inseguros. Usted entiende, ¿verdad? A veces, incluso se les puede decir a estos propietarios el problema, y ellos reconocen que tiene usted razón, pero siguen cometiendo los mismos errores una y otra vez.
3. Crecimiento fuera de control. Esta podría ser la más triste de todas las razones para el fracaso: un negocio de éxito arruinado por el exceso de expansión. Esto incluiría entrar en mercados que no sean rentables, ser víctima de experiencias de crecimiento que dañan el negocio, o pedir demasiado dinero prestado en un intento por mantener el crecimiento a un ritmo particular. A veces menos es más.
4. Contabilidad deficiente. Usted no puede estar en control de un negocio si no sabe lo que está pasando. Con malos números, o sin números, una empresa está volando a ciegas, y eso sucede a menudo. ¿Por qué? Por un lado, es muy común -y desastrosa- la idea errónea de que una empresa de contabilidad externa contratada principalmente para lidiar con los impuestos, velará por la empresa. En la realidad, ese es el trabajo del director financiero, uno de los muchos sombreros que un empresario tiene que ponerse hasta que se pueda contratar uno real.
5. La falta de reservas en efectivo. Si algo hemos aprendido de esta recesión (sé que "finalizó", pero mis clientes no parecen haber recibido la noticia), es que los negocios son cíclicos y que las cosas malas pueden y pasan con el tiempo: la pérdida de un cliente importante o un empleado clave, la entrada de un nuevo competidor, la presentación de una demanda. Todas estas cosas pueden estresar las finanzas de una empresa. Si una compañía carece de dinero (y el potencial de coger prestado), puede que no sea capaz de recuperarse.
6. Mediocridad operativa. Nunca he conocido a un empresario que describa su funcionamiento como mediocre. Pero no todos podemos estar por encima de la media. Los clientes que retornan y las referencias son críticos para la mayoría de las empresas, al igual que un cierto grado de mercadeo (dependiendo de la empresa).
7. Ineficiencias operativas. Pagar demasiado por alquiler, mano de obra y materiales (los llamados gastos fijos). Ahora más que nunca, las empresas manejadas con menos gastos fijos tienen ventaja. No tener la tenacidad o el estómago para negociar términos que sean el reflejo de la economía de hoy puede poner a una empresa fuera de competencia.
8. Gestión disfuncional. Falta de foco, de visión, de planificación, normas y todo lo que entra en una buena gestión. Permita la entrada de socios combativos o familiares descontentos en la mezcla, y tiene usted en sus manos una buena fórmula para el desastre.
9. La falta de un plan de sucesión. Estamos hablando de nepotismo, luchas de poder, jugadores importantes siendo sustituidos por personas que no están calificadas: todos ellos motivos por los que muchas empresas familiares no llegan a la siguiente generación.
10. Un mercado en descenso. Estar en un negocio como las librerías, las tiendas de música, los negocios de impresión y muchos otros enfrentando cambios en la tecnología, la demanda de los consumidores y la competencia de enormes compañías con mayor poder adquisitivo y dólares para publicidad.
En la vida es posible tener amigos y familiares clementes, pero el espíritu empresarial rara vez perdona. Al final, todo aparece en la sopa. Si a la gente no le gusta la sopa, los empleados dejan de trabajar para usted, y los clientes dejan de hacer negocios con usted. Y es por eso que las empresas quiebran.
Traducido del original TOP TEN REASONS SMALL BUSINESSES FAIL por Isaias Ferreira Medina (Metransol@yahoo.com) Siga leyendo...
martes 15 de febrero de 2011
UNA ANÉCDOTA DE OCTAVIO PAZ
Por Rafael Darío Herrera
El autor es historiador y educador. Miembro correspondiente Academia Dominicana de la Historia.
Para Rolando –Cuchara- Espinal
A propósito del apodo de Cuchara del profesor de educación física Rolando Espinal quiero relatar para los lectores de Mao en el Corazón lo sucedido al extraordinario escritor mexicano Octavio Paz (1914-1998), referido en su libro Itinerario (Barcelona, Seix Barral, 1993) y que tiene que ver con la ignorancia del idioma, situación que a lo mejor le sucedió a muchos de los primeros migrantes.
Refiere Paz que por motivo de la guerra civil mejicana su padre, su familia, se mudó a los Estados Unidos, específicamente en Los Ángeles donde residía un grupo de exiliados políticos. Y allí, con apenas seis años, Paz fue inscrito en el kindergarten del barrio. Refiere que recordaba el primer día de clase: “la escuela con la bandera de los Estados Unidos, el salón desnudo, los pupitres, las bancas duras y mi azoro ante la ruidosa curiosidad de mis compañeros y la sonrisa afable de la joven profesora que procuraba aplacarlos”.
Se trataba de una escuela angloamericana de la cual solo dos alumnos eran de origen mexicano, aunque nacidos en Los Ángeles. Ante su incapacidad para comprender lo que se decía en clase, Paz optó por el silencio. Y ahora viene lo interesante de este relato, a la hora del recreo y del lunch, pues al sentarse a la mesa se percató lleno de pánico que le faltaba la cuchara y prefirió no decir nada y quedarse sin comer. Sin embargo, una de las profesoras al ver el plato íntegro, le preguntó por señas que le sucedía y Paz susurró entre dientes: CUCHARA señalando la de su compañero más cercano.
Dice Paz que alguien repitió en voz alta “¡cuchara”! y de ahí se derivó un aluvión de “carcajadas y algarabía”: “¡cuchara!”, “¡cuchara!” Comenzaron también las deformaciones verbales y las risotadas de la muchachada. En el área del comedor el bedel impuso el silencio pero a la salida de la escuela Paz se vio rodeado del griterío. Algunos de los estudiantes se le acercaban y le echaban en la cara, como un escupitajo la infame palabra: “¡cuchara!”
Uno de los estudiantes le dio un empujón a Paz y al intentar responderle se vio en el centro de un círculo frente a él, con los puños cerrados y en actitud de boxeo; su agresor lo retaba vociferándole “¡cuchara!” Se liaron a golpes hasta que intervino el bedel y los separó. Resultado: Paz y su contrincante fueron regañados pero no entendió ni una palabra del mismo, además quedó con la ropa destrozada, un ojo entrecerrado y varios rasguños.
Durante quince días Paz no volvió a la escuela, al cabo de los cuales sus compañeros olvidaron la palabra cuchara y él aprendió a decir spoon. Siga leyendo...
Etiquetas: Anécdotas, Rafael Darío Herrera
AL CÉSAR LO DEL CÉSAR Y A DIOS LO DE DIOS
LEYSIMELOCUENTA
Por Ley Simé
Dedicado a todos los estudiantes de la promoción 1983-84 que tomaron parte en la actividad de poner en marcha la biblioteca del Liceo Secundario Prof. Juan de Js. Reyes de Mao.
En el discurrir del año 1968, dos años después del ascenso a la presidencia de la república del Dr. Balaguer, producto de los resultados de las elecciones del año 66, que se celebraron un año después de terminada la guerra de abril del 65, se inaugura en Mao el moderno plantel que alojaría el Liceo Secundario Prof. Juan de Jesús Reyes. Los estudiantes que poblarían esta elegante edificación provenían del Liceo Eugenio Deschamps que funcionaba en el edificio que hoy ocupa UTESA. El nuevo edificio que despliega una bonita estructura, al momento de ser inaugurado no contaba con el mobiliario que debía requerir una obra de tal magnitud, por lo que debimos trasladar los mobiliarios que presentaban mejores condiciones desde el antiguo local (El Partido Dominicano). Unas 90 o 100 butacas y menos de una docena de pizarrones para ser ubicados en esa moderna estructura física serían usadas para acomodar cerca de 500 estudiantes que llegaban al plantel llenos de alegría y al mismo tiempo de tristeza, al ver diseminadas en esas espaciosas aulas, cinco o seis butacas por curso. Era deprimente ese panorama.
Esta obra de vistosa proporciones y un ancho patio con cancha para basquetbol y voleibol se puede notar al norte de la elevación estructural: un bloque de tres niveles con 24 aulas repartidas en ocho aulas por nivel. Al centro otra estructura de dos niveles, donde la primera planta está destinada a las oficinas administrativas del plantel y el segundo nivel preparado para un laboratorio. Al sur, una elevación de tres niveles que se repartirían para gimnasia y otros deportes bajo techo, así como también para talleres de artes manuales, música y arte en general. En el segundo nivel la biblioteca entre otras actividades y por último, el tercer nivel que aloja el auditorio o salón de actos, que bien pudo ser un maravilloso e importante centro de desarrollo para la población estudiantil.
Las seis o siete butacas, las cuales los estudiantes debían de disputar a la entrada al plantel, distribuidas en esos vastos salones de clases presentaban un escenario lúgubre. Ya a las 7:00 A.M. los portales de entrada al Liceo estaban abarrotados de estudiantes de ambos sexos, para una vez abierto el portal, partir en desbandada corriendo desde el portal hasta el aula, y tratar de conseguir un asiento de entre los 25 aspirantes a ganar el derecho de pasar cinco horas en una cómoda butaca. El portero, al sonar el timbre de entrada, tenía que abrir la puerta y dar un brinco hacia un lado, para no ser embestido por el "tropel" de estudiantes. Muchos, los que no lograban conseguir un asiento, tenían que tirarse al piso y otros, como yo, llevábamos una silla de la casa y un pedazo de tabla, la cual poníamos sobre nuestras piernas para poder apoyar el cuaderno. Terminada la labor docente, nos tirábamos la silla al hombro y vuelta a casa. Esa rutina era diaria. (¿Quien lo hace así ahora?).
Recuerdo las arengas del extinto Prof. Rodolfo Pérez, quien era uno de los más preocupados por el desorden y las desbandadas, que muchachos y muchachas realizaban cada mañana a la hora de entrada al liceo. Con aire poético y persuasivo les decía: "Los muchachitos deben comportarse como caballeros, y las muchachitas, que es a las que menos les luce esa competencia, porque si se caen van a enseñar sus panty sitos, deben comportarse como damitas", luego que se lograba recuperar la calma.
En 1968, al ser trasladado el liceo a su nuevo y moderno local, nos iniciábamos a cursar el 3er grado del bachillerato. No importaba la precariedad mobiliaria del moderno y espacioso local, lo que importaba era seguir superándonos y ascender hasta lograr el objetivo. Así transcurrió todo el año 1968 y parte de 69 y no fue hasta que llegaron las vacaciones del 1969 cuando empezaron a llegar los mobiliarios, butacas y pizarras y algunos escritorios. Eran confortables y nos parecían muy modernas en comparación con la tediosa silla, la cual guardé en un lugar especial, porque fue mi compañera de ida y vuelta al liceo durante todo un año. Todas las aulas fueron abastecidas de butacas y el salón de actos también. Para el año lectivo 1969-70, toda la población estudiantil estaba cómodamente sentada y bajo esa felicidad alcanzamos a graduarnos de bachiller.
Quince años después de haberse iniciado las labores en ese centro de estudios, todavía no había una biblioteca donde los estudiantes pudieran asistir a complementar sus conocimientos. Ya para esta época nos desempeñábamos como profesor del plantel y ya los estudiantes habían conquistado tomar parte en la toma de decisiones (co-gobierno) en los liceos del país. Ante la falta de biblioteca, laboratorio y otras necesidades, comienza un largo itinerario de protesta exigiendo y demandando de las autoridades educativas proveer al liceo de esas importantes necesidades para el desarrollo y preparación de los estudiantes. Las protestas se iban agudizando hasta llegar a una situación caótica, porque los muchachos se habían lanzado a las calles y habían provocado la intervención de los agentes policiales con los cuales estuvieron varios y serios enfrentamientos que terminaba con estudiantes detenidos. Era tan caótica la situación que hasta tuvimos que soportar quince bombas lacrimógenas lanzadas al patio del liceo y algunos disparos impactaron el plantel.
Diariamente, padres, madres y tutores de estudiantes debían ir al liceo a retirar sus hijos para evitar ser apresados en el camino hacia sus casas.
Eran tantas las convocatorias a reunirnos en asambleas de profesores y estudiantes que se hacían diariamente para buscar una solución al conflicto y reclamos de los estudiantes, que en una ocasión estuvo presente en una de esas reuniones, el Director Regional de Educación, un señor apellido Peña, oriundo de la comunidad de Hato Nuevo.
Ante la apatía de las autoridades educativas y la falta de apoyo a esos justos reclamos, El Director Regional, instaba a los profesores reunidos allí a motivar opiniones que dieran al traste con el conflictivo problema de los estudiantes demandantes que observaban que era justo y necesario para el avance y desarrollo del hogar de conocimientos de todos los Maeños, que por sus precariedades económicas no podían pagar una educación privada. Ver la preocupación y la sinceridad del Director Regional Peña en emprender una iniciativa, fue lo que nos motivó a concebir una luz que llegó a mi mente, y plantearla, ante todos los asambleístas, de que se me concediera una semana para desarrollar una actividad en la que involucraríamos a todos los estudiantes del plantel y poner el primer granito para levantar la tan necesitada biblioteca del siempre recordado Liceo Prof. Juan de Js. Reyes de Mao. La iniciativa consistía en un operativo que denominamos OPERACIÓN COLADOR: Enviaríamos a las calles a todos los estudiantes matriculados en el liceo, a tocar todas y cada una de las casas de Mao a pedir un centavo y si había algún libro que estuviera por ahí tirado, pedirlo en aporte para la biblioteca del liceo. Además pensamos que la colecta de un centavo donado por cada hogar y personas encontradas en las calles durante la actividad, nos proporcionaría el suficiente recurso para resolver el problema de los libros de textos, que eran imposibles adquirir por los estudiantes que procedían de hogares humildes y sin recursos.
Pedimos permiso a la dirección del Liceo y esta a su vez tenía conocimiento de la luz verde que nos había dado el Director Regional, porque poner en marcha esta actividad, debía de tomarse una semana completa para la preparación y organización de los estudiantes, que debíamos agruparlos en comisiones de tres estudiantes cada una que debían recorrer el sector de la ciudad que les fuera asignado ya previamente focalizados y ayudados por unos mapas de toda la ciudad, que nos fueron facilitados por la oficina de estadísticas del Ayuntamiento de Mao.
Nos programamos para que en una semana, todos los estudiantes estuvieran debidamente orientados para que solo trabajaran en el sector que se les asignara. Una vez concluido ese recorrido por las casas de dicho sector, regresaran al plantel, no sin antes en el camino de regreso tocaran a todos los transeúntes encontrados, sin perder la ruta hacia el Liceo.
Fuimos muy cuidadosos de que un hogar no fuera visitado dos veces. Tuvimos que organizar a los estudiantes que procedían de comunidades aledañas, para que hicieran lo mismo en cada una de sus respectivas comunidades, de las cuales recibimos valiosas aportaciones. También se nos permitió instalar peajes en las distintas entradas o salidas de la ciudad. Para ello utilizamos los estudiantes que habíamos reservado para planes de emergencias.
El proceso de organización de más de 1,300 estudiantes lo hicimos de la siguiente manera: El lunes, todos los estudiantes de primer grado debían dirigirse al salón de actos en vez de ir a sus respectivas aulas. Una vez allí, agotaríamos las cinco horas que debían recibir de clases normales. Los agrupábamos en comisiones de tres. Luego nos enfocábamos en los barrios en que debían operar y el sector que debían recorrer. Todo eso mapa en mano, precisándoles que solo debían hacer lo encomendado. Estudio del sector a recorrer, guiados por las calles que bordeaban cada sector a visitar. Y así sucesivamente: Los martes, los de segundo grado. Miércoles, los de tercer grado y jueves los de cuarto y el viernes, día de la actividad, formalmente uniformados y con una identificación previamente entregada, cada comisión y a la misma hora de asistencia a la escuela, debían ubicarse, COLADOR en mano, en el sector o barrio asignado y empezar de inmediato el trabajo de recolección, que debía agotar las cinco horas de clases normales de ese memorable VIERNES.
Fue tan grande el amor y el entusiasmo con que estos jóvenes realizaron su labor, que no pudimos sentirnos más que satisfechos, por la organización y la buena interpretación de la tarea asignada.
El espíritu de entrega era tan desbordante, que la mayoría de los comisionados, en horas de la tarde, se iban a los lugares asignados a recorrer el sector para no tener inconvenientes el día de la actividad.
Sin mencionar nombres, porque ese no es el objetivo, hubo profesores, que durante la semana de entrenamiento a los estudiantes, elevaron su voz de protesta por el desorden que estaba llevando a cabo el Prof. Simé, porque según algunos, debieron posponer algún examen u otras tareas evaluativas.
Si es cierto que esto fue así, no es menos cierto que esos disgustados compañeros, fueron los primeros que se ofrecieron para recibir la enorme cantidad de libros y dinero que con mucho esfuerzo habían traído esos agotados estudiantes. A muchos les vi con una enorme carga de libros bajo la inclemencia de ese sol del mediodía. Pudimos observar llenos de alegría, dos escritorios llenos de monedas que las vertían los COLADORES y que celosamente eran recibidos por una comisión de respetables compañeros de labores, encabezados por el Director de entonces Lic. Emilio Reyes (El Don), Dago Almánzar, Mirtha Reyes, Aleyda Pérez y Rosa Francia Mena, entre otros que les sobraban las ganas de formar parte de esa comisión de recepción.
En realidad, es difícil creer que centavo a centavo y en solo cinco horas, fueron recibidos mas de RD$ 15,000 y algo más de mil libros donados por ese mi pueblo solidario. Con esa primera puja empezamos a ensamblar la tan deseada e importante biblioteca del Liceo Secundario Prof. Juan de Js. Reyes de nuestro querido Mao. Hoy esa biblioteca pudiera estar dedicada a los estudiantes de la promoción del año 1983-84. Fue su esfuerzo, su iniciativa, su trabajo. Pero como todo en la vida, cuando el gato está limpio y bonito, todos desean pasarle la mano, e incluso atribuirse gerencias. Todo el mérito que merece el hecho de tener una biblioteca en nuestro inolvidable liceo, debe atribuírseles a los estudiantes de esa promoción, que dejó como legado el hecho de que cada alumno tuviera acceso a un libro de texto y un lugar adecuado donde realizar sus tareas. No sentí más que una simple información, de un profesional, estudiante de esa época decirme que había visitado su antigua casa de estudios y visitado la biblioteca. Se sintió apenado porque no había ninguna alusión al mérito, al esfuerzo mancomunado, participativo y desinteresado, ni mención de esa generación de estudiantes que dejaron como legado la idea de que cuando se quiere se puede. Es aleccionadora la idea: cuando se maneja el tesoro, el vigor de la juventud y se encausa hacia la consecución de metas inspiradoras que les sirvan de provecho, personal y colectivo, podemos lograr maravillas. La lección inspiradora que nos dieron esos jóvenes y el hecho de que no haya siquiera una placa que conmemore su heroísmo, me motivaron a hacer este trabajo.