PUERTO PRINCIPE (AP).- Desde hace 10 meses, más de un millón de haitianos que habitan los campamentos para damnificados del terremoto de enero viven una situación precaria: tratar de salir para buscar un nuevo hogar sin perder sus tiendas y las pocas posesiones que aún tienen.
Pero ese delicado equilibrio se ve amenazado por una nueva tormenta. El gobierno de Haití ha pedido la evacuación voluntaria de todos los campamentos ante la llegada de la tormenta tropical Tomás prevista para el viernes. Y ahora esas personas que no han hallado un lugar para vivir deben encontrar dónde refugiarse.
``La gente se pregunta: '¨Vamos a poder regresar?''', dijo Bryant Castro, un miembro del Comité Americano para los Refugiados que administra el campamento Corail-Cesselesse con casi 8.000 personas.
Los sobrevivientes del devastador terremoto han enfrentado desalojos forzados y tormentas, han organizado comités de seguridad y se han manifestado para pedir mejores servicios y ayuda. Ahora les dicen que se vayan, pero pocos tienen a dónde ir.
El gobierno afirma que hay más de 1.000 refugios disponibles, pero eso puede ser una referencia a cualquier edificio capaz de resistir fuertes vientos. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU dijo que es necesario identificar la infraestructura pública segura para su uso como refugio.
Funcionarios de emergencias han extendido una alerta roja a todas las regiones del país, ya que se espera que la tormenta entre por la costa oeste de la isla de La Española, la cual comparten Haití y República Dominicana.