“Es un problema de intereses, porque ellos pensaron que muerto Trujillo ellos iban a heredar el poder político para dirigirlo”, explicó el dirigente político Fafa Taveras en El Gobierno del Sábado de la Z101, donde debatió sobre el golpe de Estado del gobierno de Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, cuando se cumplen hoy 47 años de este acontecimiento.
Para Taveras, más que basarse en apreciaciones personales, como lo hizo el historiador Frank Moya Pons en el prólogo del libro ´La democracia revolucionaria` de René Fortunato, cree preciso entender a Bosch en un contexto histórico en el que la oligarquía dominicana (iglesia y empresarios) lo veían con recelo, porque entre otras razones propuso la modificación de aspectos importantes de la vida nacional a través de la Constitución de 1963, como la educación laica y el fin del latifundio.
► Escuche la intervención de Fafa, Arlette Fernández y Fafa Gamundi:
“En el fondo donde hay que poner la atención de esta realidad es en las fuerzas sociales y los hechos históricos, no en el comportamiento personal. Y él sabía que estaba luchando contra esas fuerzas, y él no tenía una fuerza organizada”.
Dijo que con su lenguaje llano, el profesor Juan Bosch, como se le dice, comenzó a ganar la simpatía de la gente, que había estado adormecida durante 30 años por un lenguaje mesiánico que alababa y exaltaba la figura de Trujillo. Bosch “vino a enfrentar una realidad y no logró tener fuerza constituida para enfrentarse abiertamente a ella”.
Con unos cívicos (Unión Cívica) que se creían herederos indiscutibles del poder y hasta relacionados con los ajusticiadores de Trujillo, y una jerarquía americana intacta, Juan Bosch se coló en diez meses de campaña, por lo que Fafa entiende que duró mucho en el poder en ese marco.
Decir que provocó el golpe de Estado es justificar a los golpistas
“Algunas gentes ha tenido la audacia hasta de acusar a Bosch de su propio derrocamiento, que es una forma de excusar a los que conspiraron para derrocarlo. Claro que Bosch sabía que corría ese riesgo , él sabía lo que estaba desafiando: estaba desafiando la preeminencia en el poder económico y social de la República Dominicana de la herencia de Trujillo, él sabía también que estaba enfrentado al predominio de una aristocracia económica, que él llamaba oligarquía... Él estaba manejando una sociedad bajo una visión teocrática porque “Dios y Trujillo” (una de las frases que afianzaron la dictadura trujillista de 1930 a 1961, no fue sólo una frase: era una asociación en todo ese tiempo en que la iglesia fue el sustento ideológico real de la dictadura”.
Fafa Taveras, quien era parte de un movimiento a lo interno de la iglesia católica que propugnaba por el derrocamiento de la dictadura de Trujillo, dijo que la iglesia, esencialmente en su base, no la cúpula, sólo se incorporó a la lucha antitrujillista al final del régimen, obligada por los horrores cometidas por Rafael Leonidas Trujillo y su séquito, especialmente empujada por el triple asesinato político de las hermanas Mirabal, el 25 de noviembre de 1960.
La eticidad de Bosch chocó con sectores de poder
“Bosch, encima de todo ese desorden, resurge en su conducta ética de un hombre que no quiso transigir en el ejercicio del poder para mantener el poder o renunciar a sus ideas, que es lo que mucha gente le está pidiendo hoy, que Bosch fuera pragmático, que fuera ladrón; que se hiciera pragmático, que tolerara los abusos; que fuera pragmático, que negociara con todos los que se beneficiaban del poder”.
Fafa, ex dirigente de izquierda y actual dirigente del PRD, un partido también fundado por Bosch al igual que el PLD, recomienda exaltar la figura de Bosch, “viéndolo en el sentido ético”, para rescatar el ejercicio de la política y el pode en el país.
“Este día tiene importancia porque los propios seguidores, o una parte de los seguidores de Bosch y en su partido, el que él construyó para superar todas esas cosas, debe darle vergüenza hoy pensar en el Bosch moral, en el Bosch ético, en el ejemplo que él dió de una conducta intransigente para que no lo obligaran a enlodarse para dizque ser pragmático en la política. Prefirió caer verticalmente, y yo creo que el país necesita rescatar ese perfil de Bosch, el del político serio que no negoció ni aceptó enlodarse con los vagabundos de la época”.
“En este país está pendiente la decencia en la política “ fue la frase lapidaria con la que Taveras definió el ejercicio de la política y la administración pública en República Dominicana en los actuales momentos.
“Por eso, aquella experiencia (el golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963) fue una dolorosa frustración de una gran esperanza que aún está pendiente en el país de que tengamos una política basada en criterios éticos distintos, no en la justificación en que vivimos hoy donde la política es el principal centro de acumulación de la riqueza donde el ejercicio de la política es una degradación humana y cultural en todos los órdenes, no un instrumento de servicio como pensó Bosch”.
Estados Unidos no se quedó atrás en el golpe
El dirigente revolucionario refirió sobre este tema que Estados Unidos mantenía un control de los principales sectores dominicanos a través de su agregado militar en el país, y que eso obedecía a una política de la guerra fría en la que la seguridad de la región era fundamental... “y la seguridad era que no apareciera un gobierno fuera de su control...”.
Por lo que el surgimiento del gobierno revolucionario en Cuba con Fidel Castro a la cabeza incidió también en el derrocamiento de Bosch, dada que la revolución cubana era interpretada por los estadounidenses como una influencia soviética en América.
En este aspecto, refirió que un libro del historiador dominicano Bernardo Vega recoge una amplia relación sobre esa relación de Estados Unidos con importantes sectores nacionales a inicios de la década de los 60.
A la participación de Fafa Taveras en El Gobierno del Sábado se unió la doctora Milagros Ortiz Bosch, sobrina y ex funcionaria del gobierno de Juan Bosch; también participó Arlette Fernández, viuda del teniente coronel Fernández Domínguez, que murió tratando de restaurar el gobierno constitucional; también el dirigente de izquierda Rafael (Fafa) Gamundi; y Matías Bosch, nieto de Bosch y presidente de la fundación que lleva su nombre.